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Ago
Diferentes artículos científicos apuntan a que la sal es el mineral que mayor número de usos y aplicaciones ostenta. En total, sitúan la cifran en 14.000 y, aunque no especifican en base a qué parámetros han realizado este cálculo, lo cierto es que si nos paramos un poco a pensar seremos capaces de detectar muchísimas de estas aplicaciones en las que la sal tiene un gran protagonismo.
Todos conocemos el uso de este producto para evitar la formación de hielo en las carreteras y calles de las ciudades, con el objetivo de evitar accidentes. Asimismo, cada vez está más extendido el empleo de sal en el tratamiento de aguas, un proceso conocido como cloración salina de las piscinas, en el que se consigue desinfectar sin utilizar elementos químicos perjudiciales para la salud. Por otro lado, la sal es también muy utilizada en el ámbito de la ganadería, ya que son numerosos los estudios que recomiendan la suplementación de los animales con sales minerales para estimular el apetito y mejorar su reproducción.
Todas estas aplicaciones de la sal son, justamente, la gran mayoría, ya que solo el 5% de este mineral se utiliza para la alimentación humana y la industria alimentaria, y este es el tema en que nosotros vamos a centrarnos, en los usos de la sal en la industria alimentaria.
La sal como conservante.
Usar la sal para conservar los alimentos es algo que se ha hecho desde la prehistoria. La sal evita la humedad, que es precisamente el hábitat que necesitan las bacterias para su desarrollo. Por tanto, el cloruro de sodio (NaCl) lo que hace es absorber el agua y evitar el crecimiento de microorganismos que pueden causar la putrefacción.
Un sector alimentario que ha aplicado en mayor medida este procedimiento y lo que ha convertido en su estandarte los “salazones”. Esta técnica consiste en recubrir el alimento de sal hasta conseguir su deshidratación y es habitual aplicarla en pescados como el atún, el bonito o el bacalao.
La sal como potenciador del sabor.
El mineral del que hablamos se utiliza de forma habitual como potenciador del sabor, es decir, como aditivo. Los expertos cocineros hablan de emplear la sal, más que para proporcionar un gusto salado, para aumentar, mejorar el sabor natural y conseguir, en general, alimentos más sabrosos.
Es curioso el hecho de que el sabor de la sal sea diferente según el alimento en el que se aplica. En la tradicional bebida mexicana, el Margarita, por ejemplo, la sal suele emplearse para reducir la percepción del amargor del tequila. En el caso de algunos postres, es habitual añadir un pellizco de sal para impulsar su dulzor, incluso esto mismo también pasa con el chocolate, que se ha convertido en una ‘delicatessen’ al prepararlo con sal. Otro ejemplo, lo encontramos en las frutas, de las que existen ciertas variedades que combinan perfectamente con la sal para reducir su acidez (manzanas de la variedad Granny Smith, por ejemplo).
La sal para mejorar la textura.
A la hora de definir un alimento, una cualidad esencial es su textura, es decir, cómo es percibido el mismo en el taco de la boca y las manos. Nos vienen aquí a la cabeza palabras como gelatinoso, crujiente, consistente, etcétera, que son esenciales a la hora de cubrir las expectativas de los consumidores. Nadie imagina comerse unas patatas que no estén crujientes o bollería que no esté esponjosa.
La sal es un condimento que puede modificar las moléculas de los alimentos y, por tanto, puede influir en la textura de los mismos. En los preparados cárnicos, por ejemplo, ayuda a ligar los diferentes ingredientes o, en el caso del pan, mejora la porosidad de las masas.
La sal más saludable.
En todos los casos anteriormente mencionados, la industria alimentaria se esfuerza por utilizar la sal sin que esta se convierta en un problema para la salud de las personas, ya que es conocido el efecto perjudicial para el corazón del consumo de sodio en exceso. Por ello, muchas empresas han comenzado a plantearse sustituir la sal marina o común por Sal de Atacama, que tiene hasta un 35% menos de sodio, con el objetivo de elaborar alimentos igual de sabrosos y con la misma textura, pero mucho más saludables.
Al igual que muchas empresas, los ciudadanos de a pie también comienzan a demandar una sal que ofrezca las mismas propiedades que las sales de uso común, pero con muchísimo menos sodio y manteniendo un excelente sabor. Desde Sal de Atacama estamos trabajando para lograr hacer llegar la #SalMásSaludable a toda la población.